Aceitada y con mucha hambre de polla
Relajarse un rato luego de hacer ejercicios, era lo único que quería. Luego tantas horas en el gimnasio para tener el cuerpo que ella le exige tener, lo mínimo que requiere es un poco de descanso para dosificar un poco, solo que ella no está de acuerdo. Porque entra a la habitación aceitada y con mucha hambre de polla, lo que hace que él tenga que dejar que ella le haga una mamada y luego que la tiene dura, a ponerse a trabajar para complacer ese coño con una buena follada. Es la vida de un hombre moderno, antes solo había que cazar y todo estaba bien.