Agente inmobiliaria hace lo que sea por una venta
Para ver una buena vendedora inmobiliaria, a veces simplemente es necesario ser observadora. Gracias a esto, la guapa mulata descubrió que esta pareja estaba en desacuerdo con la casa que les había mostrado. Mientras el tipo estaba encantado con la construcción, la prometida no hacía más que encontrarle defectos; seguramente, porque también había visto las miradas calientes que le echaba a la vendedora. Pero al no prosperar el trato, la agente no se iba a dar por vencida; quería llevarse la comisión de la venta, y todo indicaba que seguramente se llevara un buen polvo. Dicho y hecho, quedó a cenar con el comprador a solas, y no tardó en convencerlo para que firmara… al módico precio de un follada interracial tras la firma.