Al jefe lo pone mucho su secretaria con gafas
Está claro que el rollo intelectual es irresistible para los tíos; por eso, las secretarias suelen ser el objeto de deseo de sus jefes lujuriosos. Una tía inteligente y con gafas es una tentación enorme; y si encima está rodeada de un culo gordo y unas buenas tetas, no hay quien la libre de una proposición indecente. Sin embargo, este tío fue sutil, porque consiguió que fuera la sexy madurita la que se ofreciera a tocarlo. Con la excusa de un dolor de cabeza, ella se ofreció a darle un masaje; un truco viejo, pero que funcionó de pleno. Claro que para que ese masaje en los hombres se convirtiera en sexo anal no hizo falta mucho, así de caliente era esta cerda.