animadora del equipo de baloncesto
Muchos partidos eran los que esta jovencita llevaba echándole el ojo al base del equipo de baloncesto de la universidad. Se había metido en el grupo de animadoras porque el resto de sus amigas también estaban allí pero no esperaba que de esa forma encontraría al gran amor de su vida. Las miradas entre ambos se podían leer a leguas de distancia hasta que llegó el día en el que ambos coincidieron en el campus y lo inevitable sucedió. El resultado de toda esa tensión acumulada acabó con los dos en en único sitio en el que estaban en igualdad de condiciones, la cama.