Cállate coño, que me corro ya
Ella al principio se había hecho la chica difícil y ni tan siquiera follando estaba dispuesta a cambiar su rol. Pero con la polla dentro solo quedaba correrse y acabar con aquella relación sexual tan extraña. El único problema es que ella no paraba de gritar y quejarse, por lo que tuvo que taparle la boca. Al final se dio cuenta de que lo que ocurría es que ella no quería que se corriera dentro, que podía dejarla preñada. Así que solo tuvo que sacar su polla y rociar con todo su semen la cabeza de aquella zorra que tan difícil se lo había puesto.