comercial seducido por una guapa cuarentona
Para que luego digan que el trabajo como comercial a puerta fría es duro. Que le pregunten a este joven la última experiencia que ha tenido esta mañana cuando ha dado con una clienta «un tanto especial». Tras la puerta ha asomado la que sea tal vez la mujer de sus sueños: una preciosa madurita, simpática y con un cuerpo tremendo. En un instante y sin darse apenas cuenta se han intercambiado los papeles, por un momento ha sido ella la que estaba ofreciendo algo a él y con un par de tetas como esas seguro que consigue lo que quiere. Lo que era una tranquila y aburrida jornada de trabajo se ha transformado de golpe en una ración de sexo desenfrenado con una cuarentona con todo bien puesto en su sitio. Recodará este polvo mientras viva.