espiando a una amiga de mi hermana
Cuando el otro día me disponía a salir de casa para hacer la compra, un débil sonido me llamó la atención. Me acerqué a la habitación de invitados y allí estaba una amiga de mi hermana abierta de piernas y masturbándose. Me tenía que ir pero no podía dejar de mirar a esa dulce zorra hasta que decidí llamarla y decirle que estaba viendo cómo se pajeaba. Lejos de mostrarse cohibida y perturbada, la muy puta me pidió que pasara al cuarto con ella para ayudarle a rebajar su calentón. Le pegué un polvazo de esos que recordaré durante años.