La madura rubia prefiere la posición del misionero
La calle es como su campo de operaciones. Todo empezó hace muchos años cuando ella trabajaba de puta callejera, en esos días, solo bastaba con poner una sonrisa y ya tenía muchos clientes. Ahora las cosas han cambiado un poco, las arrugas llegaron y ya no es lo mismo, pero eso no dice que no se pueda divertir. Aunque la madura rubia prefiere las posiciones de misionero, también es cierto que no se cierra a nada siempre que le metan una polla dura dentro del coño y ella pueda tener orgasmos. Si lo miramos bien, es un trato muy justo para ambas partes.