La zorra nunca pensó que le ofrecerían dinero por follar
En la calle puede ver a las personas de un lado a otro mientras transcurren sus vidas. Ella, tiene la suya propia y pretende hacer lo mismo. Con los pies sobre la tierra, entendiendo el atractivo que puede tener y los límites que la biología le ha puesto. Por eso mismo es que la zorra nunca pensó que le ofrecerían dinero por follar. Jamás pensó que un tío quisiera pagarle por meterle la polla, hasta llego a creer que era ella quien tenía que hacerlo y ahora la vida la sorprende. Por eso, antes que se arrepintiese, se fue con él a comerse su polla y luego a dejar que diera gusto con su coño.