Madurita usa al jardinero como esclavo sexual
Una casa grande que no ha pagado ella y muchos empleados que tampoco son su responsabilidad económica. Es la vida de una mujer divorciada que ya llega a sus 40 años y que las pensiones la mantienen muy cómoda. Solo tiene que preocuparse por ejercer el poder que el dinero le provee y darse la vida de monarca que se ha ganado. Por eso usa al jardinero como esclavo sexual. Esta debe satisfacerla sexualmente de la forma como a ella más le gusta, también tiene que hacerlo con gusto y dedicación, al igual que lo tenía que hacer un sirviente de épocas pasadas.