mi hermanastra me regala un anal
Cuando mi padre se puso a vivir con su nueva pareja me pareció un poco pronto debido al poco que hacía que se había separado de mi madre, pero pronto se me pasó el parecer ya que junto con mi madrastra se vino a casa a vivir su hija, una increíble morena que iba a tardar décimas de segundo en volverme completamente loco. No nos hizo falta mucho tiempo para comprobar la atracción mutua que sentíamos el uno por el otro y, aprovechando que su 20 cumpleaños era unos días después de llegar a casa, decidí comprarle un ramo de flores como regalo. Pero ella me sorprendió a mi con un regalo que me dejó fuera de juego y con la boca abierta: una sensual sesión de sexo anal que no olvidaré mientras viva. Estuvimos toda la tarde de su cumpleaños follando en la biblioteca sin reparar en el paso del tiempo. Acostumbrado a lidiar durante mucho tiempo con jóvenes putas de mi edad, tenía olvidado qué era follar con pasión.