Nunca esperó que su cuñada le hiciera una mamada
Ese día la observa un poco extraña. No es que los otros días haya tenido un comportamiento normal ni nada parecido, así es ella: siempre buscando de hacer cosas guarras. Sin embargo, la sorpresa máxima llega ese día, ya que él nunca espero que su cuñada le hiciera una mamada. Y fue repentino. Ya que se acerca con una sonrisa y luego de sacar su polla, empieza a comérsela con muchas ganas. Él, sin nada que hacer, tuvo que dejarla chupar hasta que se pudo correr y luego, ella mismo se tragó todo su semen sin siquiera decir gracias o alguna palabra de agradecimiento.