Reunión de swingers viciosos de la alta sociedad
Cuando se trata de sexo y vicio no se entiende de clases sociales; los pijos son tan depravados como cualquier hijo de vecino, aunque, eso sí, todo lo hacen con mucho glamour. Por ejemplo, montan orgías salvajes como puedan ser las tuyas o las mías, si es que lo hacemos. Pero ellos van a clubs privados, donde todo está decorado con lujo y se busca la comodidad y la sensualidad. No es nada improvisado, todo está preparado para un día y hora en concreto, y allí llegó esta divorciada ricachona. Iba bien vestida y peinada, con sus mejores joyas y su mejor looks; sabiendo que pronto estaría desnuda, y comiendo pollas o coños, según se tercie. Pensaba tener sexo sin descanso durante toda la noche.