Vendedora blanquita con un pollón negro hasta el fondo
Posiblemente sea uno de los trabajos peor pagados y hasta se sobreestima la habilidad que hay que tener para llevarlo a cabo, pero recordar tallas, modelos y marcas de tanta ropa, no es cosa fácil. Ella es una vendedora, hace bien su trabajo y aunque apenas llega al mes con su salario, no se preocupa porque siempre aparecen oportunidades. Como esta vez que la blanquita termina con un pollón negro hasta el fondo y además de gozar una brutal follada interracial, salió de casa no solo con el coño satisfecho, sino que también se llevó algo de dinero para sus ahorros.