Venga, vamos a follar, que tu hijo no está
No sé si ha sido muy inteligente convertirse en el amante de la madre de su amigo; desde luego, la señora mayor no lo tiene muy claro. Y no porque este chico no la ponga caliente; es evidente que sí, lo mismo que él, su polla empalmada no miente. Es que le da algo de vergüenza el haberse pillado con un jovencito, que además es conocido de su hijo. Y su marido, ¿qué hará, o qué pensará si se entera? Curiosamente le puede más el pudor de follar con un chaval, que el de ser una esposa infiel. Pero poco importa, porque le prima las ganas que tiene de que el veinteañero le eche un polvo, sea como sea.