Que sea bonita no implica que no sea una zorra
Es curioso como ciertas cosas pueden hacer un cambio drástico en la percepción, en este caso: unas cuantas hormonas. Estas son segregadas por nuestros cerebros cuando vemos a una chica bonita: nos dice que es apta para procrear. El problema viene cuando lo interpretamos como la “perfecta”, entonces es cuando viene la idealización. Como vemos ahora, nos damos cuenta que por ser guapa, no quiere decir que no sea una puta que le gusta meterse pollas muy grandes. Incluso, parece que eso mismo hace que tenga más libertad para meterse muchas vergas dentro de su coño.